Técnica de adaptación a la consulta odontopediátrica “decir-mostrar-hacer”
La técnica de adaptación decir-mostrar-hacer resulta efectiva para el odontólogo al momento de atender niños. La consulta odontopediátrica representa para algunos odontólogos todo un desafío, bien sea por la corta edad del paciente, lo poco colaborador que pueda resultar ser el niño, los padres o incluso ambos debido a la dolencia, miedo y estrés con la que acuden a la consulta el niño y/o representante. Estos factores deben ser tomados en cuenta por el odontólogo al momento de realizar la consulta.
También es recomendable que los padres integren al niño a la consulta odontológica desde edades muy tempranas para que el niño pase por un proceso de adaptación a la misma y así se logre la realización de la consulta y cualquier procedimiento en armonía, procurando lograr un trabajo en equipo entre odontólogo, niño, padres y asistente.
Existen diversas técnicas de adaptación a la consulta odontopediátrica como lo son la técnica de distracción, desensibilización, de control de voz, decir-mostrar- hacer, motivación/refuerzo positivo y presencia o ausencia de los padres. En esta ocasión hablaremos de la técnica decir-mostrar-hacer, siendo ésta una de las más eficaces en la actualidad.
Técnica decir-mostrar-hacer
Con esta técnica, el odontólogo le explica al niño en qué consiste la actividad que se le realizará lo más sencillo y de fácil entendimiento para él, siempre con un lenguaje libre de palabras técnicas o términos que resulten de mayor dificultad, acompañado de una demostración donde se puede utilizar apoyo audiovisual para una mejor explicación, bien sea con dibujos, juegos o comparaciones para, por último, proceder a realizar la actividad pautada
Cabe destacar que, al utilizar esta técnica, el odontólogo ayuda al niño a que se sienta cada vez más en confianza y cómodo durante la consulta odontopediátrica.
El odontólogo debe tener en cuenta que las diferentes variables que influyen en la consulta odontopediátrica no son sólo físicas sino también de carácter psicológico debido a que si el niño tiene una experiencia desagradable con el odontólogo se crea un trauma que impide o dificulta la realización de cualquier actividad en el consultorio a futuro.
Por lo tanto, trabajar en pro del bienestar del niño y reducir cada vez más los niveles de ansiedad y estrés que éste pueda tener debe ser el objetivo del odontólogo, así como brindar un ambiente cómodo, lograr establecer una relación afectiva, con conciencia, una buena comunicación entre el niño y el odontólogo además de promover siempre actitudes positivas del paciente hacia la práctica odontológica.